Guías no convencionales para la participación ciudadana

¿Cómo hacer realidad el tan ansiado sueño de la participación ciudadana? ¿Necesitamos una metodología? ¿Usamos las redes sociales? ¿Hacemos más eventos? ¿Creamos más iniciativas y espacios? Si, todo eso y mucho más. Pero no basta.

Podemos hacer todo eso, y creernos los más innovadores del mundo. Pero si queremos que la gente se involucre y participe más, tenemos que ir a las bases. ¿Dónde quedan esas?

Quedan en las historias de las personas de a pie. En las conversaciones que tenemos, cotidianamente, como ciudadanos. En los sentidos que construimos a diario, cuando juntos nos dejan ser, actuar, proponer, decidir. Y como resultado de ello, nos beneficiamos, nos sentimos parte, sumamos a otros, y creamos cosas juntos.

Si sumamos todo esto, nos da participación social. La ecuación es perfecta. ¿Esto suena bonito verdad? ¿Y cómo es en la realidad? ¡Auxilio!, quiero una guía, un manual.
 
Muy bien, no voy a darte una guía convencional, porque seguramente habrá muchísimas más en bibliotecas o en archivos digitales de internet que aunque muy buenas, no resultan en la práctica porque no se tiene la experiencia o porque el contexto no es el adecuado.

Lo que voy a contarte es una historia, a modo de guía. Porque es lo que mejor sé hacer o porque al menos a mí el mundo me resulta más simpático y entendible cuando alguien me las cuenta.

 

      Hoy estuvimos reunidos parte del equipo que trabaja en un bonito proyecto de participación social: una radio ciudadana, que con mucha ilusión hemos construido entre varios vecinos y vecinas de la comuna donde vivo, con el apoyo del Municipio: RadioInfante1415.

      Cada reunión es un encuentro muy ameno, enérgico y creativo, donde siempre surgen ideas, propuestas y soluciones, y así, poco a poco vamos avanzando.

      De pronto miro a mis colegas, una ola de entusiastas tomando la palabra, riendo, hablando, a veces muy técnicos, muy profesionales, a veces menos serios, y hasta jocosos.

      Pero en esa marea de jóvenes y no tan jóvenes tomando la palabra, queriendo ya ser locutores, conductores, lanzando programas, contando otras historias, aparece la figura diminuta, frágil y sencilla de una señora mayor, con cara de niña, que nos miraba de un lado a otro, como diciendo: «qué súper divertido todo esto, pero ¿cómo lo hago?».

      Será que siempre me gustaron las abuelas, (especialmente la mía), que no podía evitar mirarla en silencio, hasta que finalmente paré la conversación y le pregunté directamente. Disculpe señora, ¿me recuerda cuál es su nombre? Y a continuación, ¿tiene algún programa o le gustaría proponer alguno?

      Y enseguida, su cara se iluminó. Y comenzó a contarnos su maravillosa idea, de un grupo de vecinos y vecinas con los que están diseñando contenidos de salud, para el adulto mayor. Y dijo: «el problema es que no tenemos idea de radio y no sabemos quién puede hacer radio por nosotros».Y recordamos las palabras de la gran Pía Matta, «en una radio comunitaria no importa tanto la experiencia de quien escucha sino de quien se involucra». Y le dijimos: Ustedes!!! Ustedes pueden hacerlo!! Usted misma!!.

 

Así que rápidamente nos dimos cuenta, que no importa que tan bien hagamos todas las demás cosas, si dejamos de hacer las que realmente importan.
 

¿Qué hicimos?

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*Volvimos a las bases, a las que nunca nos habíamos ido, pero que por una cuestión técnica nos estábamos olvidando de referenciar. Y propusimos un comité de producción abierto, que acompañe, asesore, y guíe a las iniciativas, a las personas y a los proyectos que quieran ser parte.

*Nos dimos cuenta que mientras unos hablaban de usar la tecnología para intercambiar información, otros parloteaban en vivo con tecnicismos y neologismos, y que por más justos, eficientes y atinados, no estaba siendo efectivo en términos participativos.

*Había que mezclar y volver a repartir los dados. Porque la participación no sólo hay que posibilitarla, sino que hay que facilitarla. Hay que volverse pequeño, volverse adulto mayor, volverse mujer, volverse varón, no sólo hay que ponerse los distintos sombreros de la participación, sino también los distintos zapatos.

 
Por lo tanto, aquí seguimos co-construyendo, co-operando, co-laborando, y haciendo de esta ciudad, de cada barrio y de cada experiencia ciudadana, una experiencia realmente inclusiva, amigable, y sobre todo feliz.

Que así sea!!

 
PD: Aún sigues esperando una guía?? No te culpo. Yo también. En eso estamos, por ahora sigue nuestras historias en el blog o en twitter… Mientras tanto, te invito a ser parte del proyecto para aprender haciendo, cocreando y participando! Mira aquí o súmate a la conversación digital aquí:

Y por supuesto, ya puedes escuchar la marcha blanca de la radio aquí (por ahora): http://www.providencia.cl/infante1415

Cómo aprovechar las noches de insomnio para mejorar tu productividad

Si eres de las personas que alguna que otra vez te encuentras mirando el techo de tu habitación por no poder dormir, con miles de cositas dando vuelta en la cabeza durante las noches de insomnio, entonces es probable que este post te ayude a pasarla mejor y de paso, aprovechar el tiempo perdido para mejorar tu productividad al día siguiente.

Tengo un amigo mexicano que solía pasar muchas noches con insomnio. Él es un pensador nato, un filósofo, y a veces, como dice mi amiga Lara “se le va la pinza”. Intenta de todo para volver a dormir.

Como le quiero ayudar sin tener que escribir el típico post de «respira profundo y toma un vaso de leche como si fueras gatito» me puse a pensar mejor sobre qué podríamos hacer las personas que a menudo se nos va la pinza cuando tenemos tanta ideas en la cabeza y justo, justo, se nos vienen todas juntas a la hora de ir a dormir, y nos desvelan.

Como buena emprendedora, pienso que una noche de insomnio no debería ser un problema sino una oportunidad.
A mí me pasa que suelo ser más productiva, y además, es cuando me viene la inspiración. Entonces, al día siguiente, puedo aprovechar mejor el tiempo para hacerme una siesta, total ya tengo la mitad del trabajo hecho durante la noche, tal como redacté mi experiencia en El insomnio y la estrategia de social media.

Si la comunicación o las redes sociales no son lo tuyo, e igualmente quieres aprovechar el tiempo perdido, voy a compartir contigo algunas herramientas de productividad y otros tips para tener una mentalidad positiva, muy fáciles de llevar a cabo.

Ahí vamos.

1. Lo primero que tienes que hacer es reconocer el insomnio y aceptarlo. De nada vale ponerse a luchar contra él. El insomnio es como el amor prohibido, mientras más renegamos de él, más nos atrapa.

2. Una vez envueltos en su mundo, dejaremos fluir los pensamientos que nos vienen a la mente. Típico de las noches de insomnio, una empieza a pensar y a divagar entre ideas diferentes, una cosa lleva a la otra y cuando nos damos cuenta hemos perdido la mitad de la noche y con ello, algo muy importante, el tiempo. Para que eso no nos pase (porque estamos aquí para inspirarnos pero a la vez para mejorar la productividad), tenemos que hacer el paso número 3.

3. En el momento que estamos fluyendo con las ideas y los pensamientos tenemos que utilizar algunas herramientas de selección de las mejores ideas, para priorizar aquellas que nos sirven y dejar de lado los pensamientos inútiles que no nos llevan a ningún puerto. Para esto vamos a reprogramar la mente, utilizando algunas de estas técnicas del punto 4 y 5

4. Visualizar los pensamientos en escenarios posibles, siendo protagonistas del mismo y viviendo en ellos las emociones y sentimientos que surjan, siendo conscientes de cómo eso afecta a nuestro cuerpo y mente. Dejaremos el cuerpo relajado y la mente libre de prejuicios, para dar paso a la creatividad y que ella nos traiga historias de vidas posibles ideales para nuestro presente.

5. Una vez que hayamos reconocido las emociones y sentimientos que deseamos experimentar, realizar afirmaciones positivas en tiempo presente, para traer los deseos a nuestra vida de manera explícita, como si fueran logros conseguidos de verdad. Ojo, las afirmaciones hay que hacerlas en silencio para no despertar al resto. 😉

Algunos ejemplos de estas pueden ser:

“Estoy viviendo un momento pleno de felicidad con mi familia en esta nueva casa en…”

“Me siento muy segura haciendo este trabajo (describir o nombrar el trabajo) para el cual me he preparado toda la vida”

“Qué alegría, he tomado la decisión correcta y ahora estoy recogiendo los frutos de mi perseverancia y constancia de trabajo en este proyecto (describir o nombrar el proyecto)”

6. Ya con las ideas claras y los pensamientos llenos de palabras de abundancia, vamos a atrapar la energía para que no se disperse ni se desplace.

¿Atrapar la energía? A ver como es la cosa, dirían mis amigas ticas. Muy simple, tenemos que registrarlo. Para ello, recomiendo dos técnicas básicas muy útiles y eficaces que a mí me han resultado siempre y de maravillas:

La escritura y las imágenes

*Escribir listados de deseos o dibujarlos (wish list)
*De la wish list pasamos a una lista de propósitos
*De la lista de propósitos surgen los planes
*De los planes, surgen los proyectos

Y cuando nos ponemos a lanzar proyectos…vuelve el insomnio 😛

Esta es una foto de mi Instagram que tomé en agosto, me ayuda mucho registrar todas mis ideas, con palabras y con imágenes para volver a ellas cuando necesito inspiración.

Una foto publicada por Cintia Oliva (@mi_vida_es_bella) el

Claro que a estas altura, ya estarás en el quinto sueño. Bueno, ¿esa es la idea no? ¡Que la creatividad nos ayude a pensar de tal manera que nos de sueño!

Pero no importa, aprende esta técnica de a poco, paso a paso, y cada vez que el insomnio te sorprenda, tú solamente sigues estos tips y verás como la mente te devuelve las ideas y los planes, y al hacerlo, te viene el sueño.

Te habrás dado cuenta que estos consejos pueden ser utilizados perfectamente en cualquier momento del día y no necesariamente cuando tenemos insomnio. Y que el insomnio en este caso es sólo una anécdota que vino a cuento como excusa para hablar de productividad y planificación.

Así que si te ha servido, o se te ocurre alguna otra cosa útil para tener un insomnio productivo y volver a dormir, no olvides dejarme tus comentarios al final del post o mejor aún, cuando tengas insomnio.

3 lecciones que aprendí en mi No-balance de fin de año

Soy capricorniana, de enero. Y se supone que este es mi mes. No he hecho balance de fin de año y nunca los hago, justamente por esto; porque creo que mi año comienza con la celebración de mi natalicio. Es entonces cuando hago un ritual-planificación de nuevo año, pido tres deseos que se basan en tres aprendizajes previos, y estos se convierten en objetivos de vida hasta el próximo ritual.

Contra todos los consejos y tips sobre efectividad, este año no voy a hacer ninguna planificación.

Justo el día anterior a mi cumpleaños, un hecho fortuito acontenció y me sacudió la vida. Una desgracia familiar, lamentable, que hizo que a primera hora del día de mi cumpleaños estuviera abordando un avión, con la ropa mal dispuesta en una maleta, con bebé en brazos con cara de qué hacemos otra vez en esta nave y con papá despidiéndose con pena.

Pero eso no es nada. Cuando uno observa caer a alguien que ama, se da cuenta cuánto nos pre-ocupamos por cosas sin importancia. Y en ese momento, en que atinas a apenarte por esa persona, es cuando otro sacudón te devuelve a la realidad: Verla salir del hoyo por sus propios medios. y tú te quedas con las ganas de hacerte la imprescindible. Como si hiciera falta.

Y entonces aprendes una primera lección: Nadie necesita tu pena. Lo único que puede servir es tu humildad, tu silencio, el saber que también tú eres vulnerable, que todos los somos de alguna manera.

[Tweet «Balance de fin de año, lección 1: Nadie necesita tu pena.»]

Lo importante aquí es el aprendizaje. Hasta cuánto somos capaces de racionalizar nuestras vidas. Está muy bien planificar pero muchas veces es necesario parar, observar, repensar las decisiones que tomamos, y analizar las ideas que enarbolamos.

Este es un post muy personal, quizá por eso me cuesta escribirlo. Pero no quiero encapsularme en mis pensamientos y quería compartir con todos vosotros este segundo aprendizaje: que la vida es una sola, que los afectos son lo único que nos queda después de todo calendario, de toda fecha por cumplir, de todo logro, toda meta y todo obstáculo.

[Tweet «Balance de fin de año, lección 2: los afectos son lo único que nos queda después de todo logro y todo obstáculo»]

Finalmente, aprendí lo siguiente: Que para vivir y ser feliz viviendo, es mejor creer que hoy es todo lo que importa, el aquí y el ahora. Que cuando no haces cambios en tu vida, la vida se encarga de hacerlos por tí.

[Tweet «Balance de fin de año, lección 3: cuando no haces cambios en tu vida, la vida se encarga de hacerlos por tí»]

Y que no importa cuántos años cumplas, cómo comiences el año y si haces o no balance de fin de año. Quizá, sin darme cuenta ni quererlo este sea el mío, y sólo he tenido que ponerme a escribir.

¿Qué estás esperando para hacer el tuyo? ¿Haces balance de fin de año? ¿Qué te inspira para este nuevo año?

Te doy una pista: Comienza diciendo GRACIAS 🙂

10 libros recomendados para lectoras sin novio

STORYTELLING: LA HISTORIO DEL NOVIO QUE ME ENSEÑÓ A PONERME CREMA EN LOS CODOS

Estábamos tomando un refresco en el bar del parque. La primavera comenzaba dejando atrás un frío invierno. De pronto, me encontraba con nuevo novio, que me pasaba a buscar en su auto anaranjado y me llevaba de paseo a disfrutar del sol.

Allí estaba yo, junto a él tomándome ese refresco con «pajita», cuando de pronto siento que me toma por los codos y volviéndose hacia mí con cara de horror y de incredulidad a la vez me recrimina:
 
-¡Pero qué codos más secos tienes! Deberías ponerte crema.
 
Quité mi mirada del vaso sólo para no perderme un comentario tan original de parte de un hombre a una mujer y con mi mejor cara de naipe le respondí:
 
-Es el frío que pasé leyendo. Cómprame una crema de regalo.

 
Muy bien. Hasta aquí la historia de amor (por las chicas con codos húmedos, él, por los libros que me he leído, yo)

 
**Si has venido hasta aquí para leer una historia de amor, siento decepcionarte. En realidad sólo es una anécdota para hablar de libros. Igual sigue leyendo. Al final pongo un desenlace
 
**Si crees que este es un post de cremas para el codo, peor estamos. No he encontrado auspiciante. Puedes dejar de leer aquí mismo o volver más tarde y esperar a que aparezca alguno.

 
Sólo he de decir que a mí me ha funcionado muy bien, desde aquel día, la crema de mi madre de toda la vida, (ponga su publicidad aquí) que le robaba a hurtadillas cada vez que salía con él.

Y sí, porque una es feminista y liberal, pero no sonsa. Al guapo aquel no me lo iba a perder por un par de codos rotos.

Ahora bien, si eres una chica de codos secos, agrietados y poco “femeninos”, que te has dejado tus codos de tanto leer y leer de madrugada los apuntes de clase o de la Universidad, para ir al día siguiente a rendir, por la tarde ir a trabajar y otra vez volver a codear, entonces este es tu post.

Si en lugar de apuntes, te has dejado los codos leyendo tu libro favorito mientras hacías anotaciones en tu cuaderno, y te quedabas otro tanto pensando y analizando con la cabeza apoyada en tus (otra vez) pobres codos, este también es tu sitio.

Amor, viajes, sueños y libros

Imagen from Pinterest

Comenzamos el año conversando de libros para mujeres no princesas. Libros que te marcaron de algún modo, que te hicieron pensar y reflexionar en el amor, la amistad, la libertad de elegir, la injusticia, el talento y la vocación, tus sueños y tus logros de una manera diferente.

Aquí va mi lista de 10 mejores libros que leí durante la juventud temprana, ( y un par leídos recientemente de la juventud adulta) y parte de los culpables de mis codos agrietados. Espero me aconsejes la tuya.
 

10 LIBROS RECOMEDADOS PARA MUJERES LECTORAS

1. Los amores difíciles, de Italo Calvino

2. La insoportable levedad del ser, Milan Kundera

3. Poesía completa, de Alejandra Pizarnik


4 Rayuela, de Julio Cortázar


5. Madame Bovary, de Gustave Flaubert


6. Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago


7. Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez


8. El vagón de las mujeres, de Anita Nair


9. El diario de Ana Frank, de Ana Frank


10. El anticristo, de Friedrich Nietzche

 
Fuera de esta lista, no puedo dejar de nombrar para volver a leer ahora con ojos de adulta las magnificas Corín Tellado, para echar unas risas de lo que fue y nunca será.
 
Y ahora ¿estás esperando el desenlace del amor de verano?

Cuenta la historia que alguien lo vio del brazo de una chica de codos perfectos, de las que tienes una foto en la mesita de noche. Pero que incluso aquella lo abandonó por otro al que le gustaba leer.

Y mis codos mejoraron sustancialmente gracias a la crema…….(espacio publicitario disponible) 😉

Storytelling: Las amigas, el sexo y la ciudad

Uno de mis planes favoritos de fin de semana «de mis años mozos» era quedarme en pijamas viendo alguna película alquilada del video club.

Al escribir esto, pareciera que hubieran pasado años y que soy un vejestorio. Pero no, aún no llego a los 40. (qué hazaña). Sin embargo, la tecnología digital a partir de los 90 ha marcado un antes y un después dentro de la misma generación. La mía. Digo esto, porque quienes nacieron apenas 5 años después, ni siquiera han vivido algunas “delicias analógicas” de mi quinta. Vamos que tampoco se perdieron de nada.

Sin embargo, aquello tenía su encanto. Tirada en mi cama, cubierta hasta las narices, comiendo chocolate y sintiéndome la rubia de la película cual escena de “El diario de Bridget Jones”.

El diario de Bridget Jones-5

Tal cual

Una anécdota que me vino a la memoria fue cuando mi chico me regaló la colección de CD de mi serie favorita de aquel entonces “Sex and the City”. Cuántas de nosotras las mujeres nos habremos vuelto adictas a las aventuras de Carrie Bradshaw y sus amigas.

Bueno la cosa es, para presumir de novio-marido, tuve la mala idea de comentarle a mis amigas el asunto, y por supuesto, tuve que empezar a repartir CD (de las 6 temporadas, 1 cd por cada temporada, sólo me quedé con 2 o 3)

Las amigas de verdad son aquellas que te tienen tanta confianza, que para demostrarte lo cómodas que están contigo, te piden prestado las cosas que apenas acabas de adquirir, o te acaban de regalar, y sin pudor ni decoro, jamás te lo devuelven. Las otras, las amigas de ocasión, son más cuidadosas, aún no te tienen suficiente confianza y no hacen ese tipo de cosas, no vaya a ser que te caiga mal y les montes una escena.

Unos años después de eso, me encontraba yo de vuelta en la misma ciudad donde perdí la mitad de mi colección antigua de la serie, cuando comprando un par de discos en el FNAC, veo en el medio una especie de montaña mágica. Era una súper promo con toda la colección en formato Premium digital de última tecnología, con holograma, revista y stickers coleccionables de Sex and the city!(*)

Esta es mi oportunidad, pensé. Pero no la compré. Ya no me sentía identificada. El packaging, los colores, la manera de interpelarme no me llegó en absoluto. No todo se trata de marketing duro y puro. Se trata de historias, de contarlas y saber contarlas. Y de rescatar valores que representen a tu audiencia. Se trata de aportar valor y ojalá de poder revivir una experiencia.

Y entonces me acordé de mis queridas amigas, y de cuánto me hubiese gustado que estuvieran en ese momento en la ciudad, para poder ir a sus casas, usarles sus pijamas y tirarnos a ver juntas una temporada completa y sin cortes de “Sexo en Nueva York”.(**)

 

(*) Sex and the City (En América Latina Sexo en la ciudad, en España Sexo en Nueva York)
(**) Si aún eres una friki de la serie, te recomiendo este artículo sobre «Lo que nunca se contó sobre sexo en nueva york»

El desafío de tener el huerto propio

Hace muchos años que vengo intentando vivir de manera sostenible, consumiendo responsablemente y siendo más respetuosa con mi entorno. Una de las tantas cosas que he hecho fue cambiar mi alimentación, poco a poco, haciéndome vegetariana o como le gusta decir a un colega médico, «veganizando mi comida».

Me encanta la cocina vegetariana porque además de sana me permite innovar constantemente y probar nuevos sabores.

Esto es así porque soy muy consciente de que para comer sano hay que aprender las propiedades de los ingredientes y también aprender a combinarlos y cocinarlos de la mejor manera para aprovechar no sólo sus sabores, sino también sus nutrientes. Por eso, cada vez que puedo, prefiero cocinar y prepararme mis propios alimentos y los de mi familia. Sin embargo, esto no quita que me gusta descubrir lugares interesantes donde te ofrezcan el plato listo y rico y a buenos precios. Como por ejemplo, este que me perdí este sábado, del restaurante vegetariano La Fraternal.

menu-lafraternal

Sucede que en esta ciudad, encontrar lugares BBB (bueno, bonito, barato, y con barato me refiero, el precio justo) resulta complicado. La mayoría de los espacios o iniciativas que tienen que ver con la ecología y la vida saludable, están en directa relación con el lucro y el lujo. Me desanima tener que ir a una feria verde o mercado ecológico y comprobar que los precios son tan poco razonables, además de que suelen hacerse en los barrios más lujosos de Santiago. Todo un pack.

Lo de que la alimentación y la salud son un derecho, todo muy bien, pero en la práctica, se alimenta bien quien puede.

Así que, de momento, entre mis tantos desafíos, me he propuesto aprender a producir mis propios alimentos, al menos la base de alimentos frescos y sanos que ingiero diariamente. Y para comenzar, me he apuntado a un curso de huerto urbano.

Después de mucho buscar, he encontrado dos propuestas interesantes a precios razonables. He buscado en muchos lados, y todos, a saber por lo que me pedían, me daban la sensación que con un cursito de “pase el que sigue” querían vivir 6 meses. Uno pertenece a Agrocultiva, de la Ingeniera Agrónoma Paula Rosales, que además del curso, tienen un servicio de ecocaja a domicilio. (Aunque el costo de este último producto no me convence del todo).

taller huerto urbano-agrocultiva

Y el segundo, que es donde me he pre-inscripto es de la ONG Cultivos Urbanos en el Huerto Urbano Yungay, que tiene buena pinta, sobre todo porque es bien comunitario, y por todo el movimiento cultural del barrio Yungay, uno de los barrios más emblemáticos de Santiago.

taller huerto urbano

Mi experiencia con los huertos por el mundo.

Mi primera gran experiencia con los huertos fue cuando trabajé con un proyecto de mujeres rurales en Costa Rica. Con ellas aprendí muchísimo sobre la importancia de tener la capacidad de producir tu propio alimento. Eso te empodera. Además, te hace feliz. Y como si fuera poco, puede ser una fuente adicional de ingresos.

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Derechos de Foto: Ministerio de Agricultura de Costa Rica.

La segunda experiencia, fue cuando colaboré en otro proyecto de huerto, esta vez urbanos, en el centro de la ciudad de Valencia, España. El Huerto City. Con este emprendimiento, aprendí la importancia de los lazos comunitarios, a volver a lo natural. Además de novedosas maneras de experimentar e innovar en un laboratorio verde y ecológico. (Si quieres saber más de este proyecto lee aquí mi post dedicado al mismo)

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Derechos de Foto: Proyecto Huerto City

Esta tercer experiencia con huertos toca bien al sur. Y ojalá, si todo sigue como hasta ahora, a fin del curso podré planificar y tomarme en serio mi proyecto de tener mi propio súper huerto urbano, de momento de terraza, tampoco soy pretensiosa, sé que es un proyecto que lleva su tiempo y dedicación. Por ejemplo, «aprender el hábito de regar y no olvidarse de hacerlo». Elemental, pero juro que se me olvida.

A medida que vaya avanzando y si me aprueban en el curso, prometo compartir algunos tips. 🙂

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